
Despertarse en la madrugada y tener dificultades para volver a dormir es una experiencia común, especialmente con el paso de los años. Sin embargo, cuando esto ocurre de forma frecuente, podría tratarse del llamado insomnio de mantenimiento del sueño (SMI), una condición que afecta la continuidad del descanso, según especialistas citados por el New York Post.
El SMI puede presentarse de manera temporal debido a factores como el estrés, cambios en la rutina o situaciones emocionales intensas. No obstante, los expertos advierten que también puede estar asociado a problemas de salud, como la acidez estomacal o trastornos del sueño, que interrumpen las fases profundas del descanso.
Hábitos cotidianos como el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir, el consumo de alcohol o ciertos medicamentos estimulantes también pueden alterar el ciclo del sueño, impidiendo que el cuerpo entre nuevamente en estado de reposo.
Además, algunos pacientes desarrollan lo que los especialistas denominan “excitación condicional”, una reacción psicológica en la que la mente asocia la cama o el dormitorio con la vigilia y el estrés, dificultando aún más conciliar el sueño.
La neuróloga Meredith Broderick recomienda mantener una buena higiene del sueño, que incluye establecer horarios regulares, evitar estimulantes antes de dormir, usar la cama solo para descansar y realizar actividades relajantes previas al sueño.
Finalmente, si una persona permanece despierta más de 20 minutos durante la noche, Broderick sugiere levantarse y realizar una actividad tranquila —como leer o meditar— hasta que regrese el sueño, evitando así reforzar el ciclo de insomnio.




